ESPUMADO DE LECHE
ESPUMADO DE LECHE
MÉTODO DE PREPARACIÓN RECOMENDADO
Llena tu jarra de preferencia metálica con leche muy fría recién sacada del refrigerador.
Purga la lanceta de vapor (vaporizador) de tu maquina de espresso durante tres segundos y límpiala bien con un trapo limpio.
Mete tu jarra verticalmente bajo el vaporizador de tu máquina de espresso sumergiéndolo un centímetro dentro de la leche fría.
Enciende tu vaporizador plenamente, el vapor hara que aire entre a la leche aumentando poco a poco su volumen y creando una espuma compacta. A medida que la leche se caliente hunde el vaporizador aun mas para generar mas temperatura en toda la leche y espuma.
Crea entonces un remolino llevando la punta del vaporizador a la orilla de la jarra para mezclar bien la leche y espuma. Eso se denomina cremar y unificar la temperatura y textura de todo el líquido
Cuando la temperatura de la jarra de leche este muy caliente al tacto, detén el vaporizador, saca tu jarra y golpéala un poco por su base para romper las burbujas grandes que hayas creado en el espumado.
¡OJO! Limpia el vaporizador de inmediato después de cada espumado de leche para que esta no se le adhiera y activalo otros 3 segundos para expulsar residuos de leche. Más tarde será muy difícil quitarla y un vaporizador contaminado con leche adherida dañara la calidad de tus espumados y cappuccinos siguientes.
Tip: No es recomendable calentar mas la leche despues de este punto porque altera su sabor y su contenido de proteinas. Ya no es posible generar espuma compacta tampoco.
CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN ESPUMADO
El balance perfecto entre la temperatura, volumen y textura.
TEMPERATURA
La leche debe adquirir una temperatura máxima de 50 a 70 grados centrigrados. Más de eso quema la leche y daña tu cappuccino.
VOLUMEN
El volumen total de la leche en la jarra no debe incrementar en más de un 30%. El exceso de espuma no esta contemplado en la receta italiana original, sin embargo es común en el cappuccino preparado al estilo americano.
TEXTURA
La superficie de la espuma debe estar libre de burbujas y tener una textura tersa, brillante y ligeramente viscosa sin que llegue a ser difícil verterla en la taza.